lunes, 25 de abril de 2016

"La chica danesa": VIDEO COMPLETO

Muchas gracias por vuestra asistencia y asiduidad, ya podéis disfrutar de nuevo de la Tertulia Psicoanálisis, Cine sobre "La chica danesa":
 

Tertulia Psicoanalisis, Cine: "La chica Danesa"




Para comenzar quisiera responder a la diferencia entre sexo y género. Hemos hablado en muchas ocasiones sobre que la relación sexual no existe. Hay que recordar lo que esto quiere decir: al ser seres de lenguaje y estar en la cultura pagamos un precio, que es alejarse cada vez más de la naturaleza, y con ello de los instintos animales. El programa sexual deja de funcionar para el ser humano, ya no existe la hembra con celo ni el macho que la capta para la procreación. Entramos en un mundo sin garantías, en cuanto a la sexualidad y el amor se refiere. No tenemos relaciones sexuales con el fin de tener hijos y no hay garantías de ser hombre, de ser mujer, de tener pareja, del mismo sexo u otro, ni si quiera hay garantías de tener relaciones sexuales.

Es en esta línea, que hay que introducir la diferencia entre sexo y género: y es que no tiene porque coincidir el sexo biológico con la posición sexual, de lo masculino o lo femenino, sin que nada de todo esto tenga que ver con la orientación sexual. Esta posición sexual es una elección de la persona en cuanto al goce, y la orientación es también una elección, pero en cuanto a qué sexo se busca en la vida amorosa, si el mismo o el opuesto. El tema del género es otro cantar, pues en las edades tempranas, cuando el sujeto se reconoce como cuerpo unificado ante el espejo, puede identificarse con el cuerpo que tiene o no. Es en el caso negativo, que está Einar, mientras que Gerda sí se reconoce en su cuerpo.


Según Lacan, ser hombre o mujer es una cuestión de posición, asumida por el ser hablante, en la que el género NO es dado a priori. La estructura, neurosis o psicosis, no está subordinada a la condición sexual.


Con todo lo anteriormente dicho sobre la pérdida del programa sexual natural de los humanos, la sexualidad, mostrará el psicoanálisis, tiene varios destinos, uno es la represión, muy en boga en el momento que nace el psicoanálisis, la época victoriana,  otro es el rechazo, y el de hoy en día, que establecido como un imperativo, fuerza a tener una sexualidad plena, abierta a cualquier práctica (es el imperativo de que se ha de probar todo: cualquier tipo de penetración,  elección de sexo, con el eslogan de si no lo pruebas no lo sabes).Donde a día de hoy sí está prohibidísimo, es en los abusos sexuales, que no  es lo mismo que la violencia sexual, pues es en los abusos sexuales donde permanece el testigo en esta época de que no hay programa sexual.


En la salida del rechazo, es donde se ubica, la temática que nos ocupa, la transexualidad, o

por decirlo más adecuadamente, transgénero. De hecho se nombran nacidos en cuerpos equivocados, o no se reconocen, no se sienten en el cuerpo que tienen, así se narran.
Por entrar al detalle de esta película, y la pareja Einar/ Gerda, son los dos artistas, pintores, él ya con algo de renombre y ella que no puede vender sus cuadros.


A medida que él va avanzando en el proceso de convertirse en mujer, no quiere pintar más cuadros, que si recordáis eran siempre la misma escena, y el lienzo pasa de alguna manera a ser su propio cuerpo, es lo que le ocupa. Ensaya ante el espejo, lo modifica, lo retoca, pero no es suficiente….[En alguna ocasión la imagen recuerda al silencio de los corderos(cuando esconde su pene ante el espejo, entre bambalinas)]


Pero Gerda, la verdadera chica danesa, que hasta entonces no vendía ni un cuadro, puede hacer algo distinto con su obra, empieza a dibujar a Lily (No a Einar) y eso la hace triunfar; hay pues algo de lo más íntimo de Gerda que conecta con esta transformación, algo de lo más íntimo que se le vuelve irreconocible, pues se le va de las manos ( Pide a Lily que haga regresar a su marido,  pero le responde que no puede), de hecho su vida sexual, la de Gerda, desde que se empieza a vestir de mujer sufre también una transformación. ( toca a Einar como si fuera una mujer) Si recordamos como se conocieron, ella se acercó, ella le besó, él se escandalizó, en una época donde la mujer, no tomaba la iniciativa ni sexual ni amorosa. Hasta este momento todo muy bien. El problema surge cuando él no puede estar entre hombre-mujer. Decide que ha de ser solo mujer.


A medida que la moral sexual, se liquidifica, surgen o se pueden captar, en este desvanecimiento, las singularidades, más que con el género, con el cuerpo propio. Ciertamente la modificación del cuerpo es algo muy clásico: tatuajes tribales, agujeros en las orejas, nariz, maquillajes, una forma de vestir que da otra imagen del cuerpo…, pero cuando las operaciones estéticas emergen, cuando son posibles, ya no estamos en el mundo del semblant, ni del disfraz, tocan el cuerpo, ya sea para parecerse a un gato (no se si habeis visto fotos) o para tener tres pechos o cambiarse de sexo. 

Lacan sostenía que el cuerpo era un terreno abierto a la imprevisibilidad y no limitado a la heteronormatividad. Cuando un sujeto del sexo biológico masculino afirma que es una mujer, aun contra las evidencias de su cuerpo, su gran batalla es hacerse reconocer por el gran Otro. (y este es el incompleto intento de Einar, que fallece en el intento). Se trata, por lo tanto, de hacer un cuerpo de tal forma que su imagen corporal corresponda a ese ser con el cual se siente.


Pero para esto ¿es necesario pasar por el bisturí? Es a mi parecer un vano intento de reajustar un ser al cuerpo que se tiene, como si se pudiera insertar algo de aquel programa sexual perdido. Justamente el ser humano pasa por la inadecuación de ese cuerpo que se tiene, pues lo biológico, a la vista está, para nada tiene porque coincidir con la sexualidad, el género, ni la orientación sexual y nada lo podrá coser, a pesar de la ciencia.


Laia Gil Chafer
20 de abril del 2016