Un
nombre de arcángel y apellido de… dan a esta mujer un alo distinto a lo
que se podría esperar de su procedencia, llena de penurias y
privaciones que impone el abandono. Imposible seguir la cuenta de sus
amantes, dos son, los hombres con los que intento comprometerse, pero es
el cuerpo de las mujeres lo que acompaña toda su vida, “no sabía
dibujar ni hacer bocetos, trabajaba sobre sus modelos” liberándolas de
sujeciones y ataduras.
Su
forma de “amar” trasciende a lo que era habitualmente considerado
femenino, al tiempo que suprimía el corsé, introducía el punto, creaba
jersey, la charming chemise, acortaba faldas, el pelo, expuso la piel al
sol cubierta con faldas plisadas
al estilo marinero, pijamas playeros, trajes de talle bajo,
impermeables, pantalones, trajes de twed escocés con bisutería barata,
zapatos de punta redonda, tacones bajos, gusto por el negro, bolsos en
bandolera. Una forma de “amar” que deja libre el cuerpo…
Gabrielle
Bonheur, 19 de agosto de 1883, 10 de enero de 1971, 87 años, una mujer
exquisita. Coco Chanel una mujer de cine. Gabrielle una mujer de amor,
Coco una mujer que inventa sobre el cuerpo.
Tras
iniciar este ciclo con la “Red social”, vamos a dar paso a una serie de
películas que nos permitirán hablar de mujeres, a las que hemos
elegidos por su distancia con los roles tradicionales que la sociedad le
depara, lo que las convierte en representantes de la sociedad nueva, la
sociedad líquida que introducimos en la tertulia anterior. Hoy
hablaremos de Coco Chanel, para lo cuál hemos elegido de las tres películas que hay, la serie, para abarcar toda su vida, lo que y debido a su duración, unas tres horas, nos permite dividir la tertulia en dos partes (la próxima será el 1 de Diciembre), y hablar de lo que considero son los ejes fundamentales de su vida: el amor y el cuerpo.
Es el sociólogo polaco Zygmunt Bauman quién introduce los términos de sociedad
líquida, frente a la sólida anterior, en el que ubica el concepto de
“amor líquido”, fruto de la tendencia al individualismo que hace ver las relaciones fuertes como un peligro para la autonomía, los vínculos afectivos estables se convierten en una hipoteca, la idea del matrimonio, hasta que la muerte nos separe,
un plazo inasumible en una sociedad marcada por el eterno presente… en
vivir juntos, hay unas intenciones más modestas, sin promesas ni
declaraciones, sin congregaciones, y supone una hipoteca menor con un plazo más alentador…
Una
debilidad en los lazos afectivos es lo que detecta la sociología, pero
¿qué tipo de amor se pone en juego en estos casos?, en este aspecto la
película es muy instructiva. Vemos a Gabrielle, en dos tipos de
triángulos que repetirá durante toda su vida, y dos relaciones en las
que piensa comprometerse, una con el inglés Arthur Boy Capel, y otra con
el pintor vasco Paul Iribe, separada de 25 años en su vida. Es obvio
que la metonimia de objeto que realiza Gabrielle, solo tiene dos
posibilidades metafóricas en 87 años.
Es Freud quien en 1910, da luz a esta temática del amor, con dos textos que configuran su Contribución a la psicología
del amor, y que va a presentar Laia. Os lo recomiendo, son una
descripción muy seria y exhaustiva de lo que mueve el deseo en el amor:
“una elección especial de objeto
en el hombre”, y “la más generalizada degradación de la vida erótica”,
que siempre me equivoco porque es … paso la palabra a Laia…
Laia Gil:
Recogemos
dos textos de S. Freud, de sus “Contribuciones a la psicología del
amor”, que son: “Sobre una elección particular de objeto en el hombre” y
“Sobre la más generalizada degradación de la vida amorosa”.
El
primero está dedicado a lo particular de la elección amorosa en el
hombre, es decir los rasgos que elige en la mujer y sus conductas
respecto a ella; y el segundo es a nivel general, universal, cuando hay
separación entre deseo y amor respecto a las personas con las que se
encuentra.
Os desarrollo los dos textos:
Sobre un tipo de elección particular de objeto amoroso en el hombre:
Freud,
en este texto describe las condiciones de amor en la elección masculina
del objeto y la conducta del amante hacia el objeto de su elección.
CONDICIONES DE AMOR
1.-
La primera es la llamada la del “tercero perjudicado” y es que la
persona en cuestión nunca elige como objeto amoroso a una mujer que
permanezca libre, sino que es una mujer sobre quien otro hombre pueda
pretender derechos en condición de marido, prometido o amigo.
2.-
La segunda condición es una conjunción de la primera. La mujer de
objeto amoroso es sólo aquella cuya conducta sexual merezca mala fama y
de cuya fidelidad y carácter intachable se pueda dudar. Es la condición
llamada “del amor por mujeres fáciles”. Puede ser desde una esposa con
amantes o coqueteos, la pública poligamia de una cocotte o una puta.
Lo siguiente que explica Freud es la conducta del amante hacia el objeto de su elección:
Son
mujeres cuya fidelidad está en duda y este objeto amoroso de supremo
calor, hace que al hombre se le vaya la olla por ella, vamos, que no
puede hacer otra cosa que pensar en ella. Son las únicas personas a
quien pueden amar y en todo caso hay una autoexigencia de fidelidad,
aunque la infrinjan. Sucede que esta elección de objeto se le repite
varias veces en la vida, cada una la exacta copia de la anterior,
sustituyendo el objeto de amor por otro, llegando a hacer una serie
infinita.
El hombre está convencido de que ella lo necesita y que tiene que rescatarla de esa promiscuidad sexual.
Esto es a nivel particular; paso a desarrollar el texto titulado: Sobre la más generalizada degradación de la vida amorosa:
En
este segundo texto Freud formula que la premisa universal para todos
los seres hablantes es que no se puede tener relaciones sexuales con
todo el mundo.
Hay
personas a las que se la desea y no se les quieres, y hay personas a
quien se las quiere pero no se las desea. Esto traducido al cristiano es
que existe la mujer y la puta, o el marido y el puto, que son amantes
en ambos casos.
Estos
son los textos de Freud que se han citado hoy. Pero para terminar me
gustaría retomar la ambigüedad entre Coco y Gabrielle, entre Bonheur y
Chanel, señalando que si bien los textos de S. Freud apuntan a
universales o particulares, la singularidad de esta mujer es que ella
omite el nombre de ángel y el apellido masculino.
Toma el nombre de Cocotte con sus resonancias de mantenida, pero que uniéndolo a Chanel, crea un logo que pasa a la historia, como uno de los más bellos del diseño.
Dejo pues que siga Teresa con su intervención.
Laia Gil
(Volumen XI de las obras completas de Sigmund Freud,ed. Amorrortu, “Contribuciones a la psicología el amor I, II)
Teresa Ferrer:
¿Se ven los dos tipos de triángulos que aparecen en la vida de Gabrielle?, uno formado por ella y dos hombres: Etienne y Boyle, que se repite a lo largo de su vida, y otro por dos mujeres y un hombre: Boyle, su mujer y Gabrielle, siendo ella una de las mujeres, que repite también, ubicada siempre en el lugar del deseo, y quizás sea la razón por la que no acepte ser duquesa…
Podemos decir que estás formas de vínculo han existido siempre,
de hecho la crítica a Bauman es que es la forma de amar de los hombres,
pero esta claro en el caso de Gabrielle, y no es la única, y me
atrevería a decir que a lo largo de la historia siempre han habido.
Estas formas de vínculo han existido siempre acompañadas de una “gran
condena moral” social, que ahora ha desaparecido. Si analizamos el
contenido de esa condena moral, vemos que esta llena de una
“significación del lado del nombre del padre” (toda moral es una
significación), en este caso lo más fuerte es que no se considera a este
vínculo apto para la procreación y si se produce dentro de él, estará
marcada por lo “ilegitimo”, pronunciado del lado de “bastardo”. Una
fuerte “significación moral” social que condena, es lo que se ha
evaporado ahora… y deja sin significación aunque no sin referencia (esto
significa que queda intacta la elección y degradación, sin tener la
conducta que enmascaraba la significación dada, siendo algo imposible de
“evitar”, sello del inconsciente. La significación evaporada es el
nombre del padre, la referencia que queda el falo.
Esto es en mi opinión el nuevo simbólico al que estamos advenidos ya, y no es sin consecuencias para la familia.
Teresa Ferrer
20 de octubre 2011
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