miércoles, 22 de junio de 2016

“Ángeles Pecadores”




Intervención para la tertulia psicoanálisis, cine: “El nombre de la rosa”.

Teresa nos ha introducido cómo la primera manifestación de la Cultura es la Religión y Tere nos ha indicado, cómo se produce la Cultura, por renuncias pulsionales, así como Maripaz ilustra la película del lado de la oposición al discurso del Amo, por medio de las herejías. Y como no al final Paco, nos hablará del amor.

Voy a ocuparme de lo que muestra la película, que es un punto de capitón, de giro, un cambio de dirección, en la Religión cristiana, la Religión verdadera, la llama Lacan, que conforma nuestra cultura. Se ve como la figura del diablo, se irá desvaneciendo en pro de la Razón, es un aperturismo a los nuevos pensamientos: del clero del miedo, al clero de los hombres de la Razón, caldo de cultivo de la Ciencia moderna. Más allá de creer o no, de tener o no el “sentimiento oceánico”, de la fe, tal y como lo llamaba Freud, la Religión como discurso, ocupa una función, central en la estructura de nuestra civilización y cultura. 

Pero ¿qué relación guardan estos dos discursos, Religión y Ciencia? Y ¿qué relación ambos con el psicoanálisis? En una conferencia de prensa (1974), con motivo de un Congreso, Lacan responde a periodistas italianos sobre religión, ciencia y psicoanálisis, bajo el título “El triunfo de la religión”, rueda de prensa de las que os traigo algunas reflexiones.

En la película,  vemos la emergencia del discurso de la Ciencia, de mano de la Razón, que posteriormente ascenderá al cenit del lazo social a mediados del siglo XIX, hasta nuestros días, sin embargo en 1974 Lacan indicará que lo que triunfará es la religión. Dirá que el siglo XXI será el “triunfo de la religión”, porque es inagotable. Su función consiste desde el comienzo, en dar sentido a las cosas que antes eran naturales. La ciencia que es lo nuevo, introduce algo “perturbador” en la vida de cada uno, el sinsentido, lo real, que se extiende por el mundo, angustiando a la humanidad, que pide a la Religión reaparezca para apaciguar los corazones, con sus infinitos y actualizados recursos. La película es un ejemplo de como la religión da sentido al sinsentido (el demonio está matando en la abadía), la explicación de la Razón no da sentido, dice lo que ocurre, y porque ocurre. No es lo mismo la explicación que el sentido.

Así pues la Religión es un discurso, el D. del Amo y el Saber, La Razón inaugura otro: el discurso de la Ciencia. El psicoanálisis que emerge en un determinado momento del discurso de la Ciencia, aporta un discurso nuevo, una nueva forma de vínculo social, una nueva forma de relación entre la gente, una relación diferente a la que propone el discurso del Amo y diferente también a la que propone el discurso de la Ciencia. Y digo que el psicoanálisis es un discurso, porque la psicología y las terapias no lo son, la psicología y las terapias pertenecen al discurso del Amo (conductismo) o al científico (cognitivismo y terapias sistémicas) 


Hasta tal punto el psicoanálisis es un discurso diferente del de la Ciencia que muchas veces se le acusa de Religión, en la que uno va y confiesa sus demonios más oscuros… y se le confunde con el discurso del Amo. Pero el psicoanálisis es una solución diferente al discurso del Amo, es incluso otra solución al D. del Amo diferente a la solución que da la Ciencia. El Psicoanálisis, es el Reverso del D. del Amo y esto significa que no lo retroalimenta como hace el D. de la Ciencia. Los ángeles y demonios de los que se habla en la sesión analítica tienen un origen, y una escucha totalmente en las antípodas del D. del Amo. Esto, si se habla de ángeles y demonios, pues si bien en la Religión, en el D. del Amo, opera la confesión, en el psicoanálisis, la regla es: “diga lo que se le ocurra”. 
Laia Gil
Valencia
15-06-2014

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